Say: «Heeey! Mrs Carter!»
La respuesta sonó al unísono a través de veinte mil voces que gritamos: «Heeey! Mrs Carter!». Se sabe poderosa y juega con ello. Poco Profesional tuvo el privilegio de vibrar el 6 de marzo en el O2 Arena de Londres con el ESPECTÁCULO de la artista más relevante e influyente del Siglo XXI, Beyoncé Knowles, en el marco de su gira mundial «Mrs Carter Show World Tour», que trajo hace dos noches al Palau Sant Jordi de Barcelona y a la que pone punto y final mañana en Lisboa.
¿Sabéis lo que supone que Beyoncé lance su tan-aclamado-álbum-visual-sorpresa tres días antes de la puesta a la venta de los tickets del «Mrs Carter Show World Tour» en Londres donde Stacey y yo teníamos planeado acudir? Exacto. Pánico. Histeria. Problemas del primer mundo. Como español tenía gana de experimentarlos.
Son malos tiempos para la lírica y uno tiene que hacerse autónomo hasta para generar buenas nuevas. Escaparme a Londres era la opción: abrazar a mis amigos, sentirles, hacerles llegar embutidos previa aprobación del control de seguridad del aeropuerto una madre, comprarme una chupa de cuero de segunda mano, engullir toneladas de comida basura y latas de sidra, perder el conocimiento en East London por culpa del Jägermeister y acudir a un show de Beyoncé eran las dosis que mi sistema nervioso requería por prescripción. Ahora es cuando se supone que se regenera todo el cuero cabelludo que se me ha caído a base de mucho tiempo para pensar.
El lunes 16 de diciembre, tras una hora intentando comprar las tan ansiadas pero ya agotadas entradas de las 4 fechas programadas para Londres, Júpiter se alineó con Miranda, luna de Urano, Krypton, George Clooney y el poder de Esperanza Gracia para confirmar dos fechas más en la capital británica (5 y 6 de marzo) debido a la alta demanda.
EL SHOW
Llegó el 6 de marzo y nos encontrábamos bebiendo unas latas de sidra antes de entrar al O2, una superestructura que ofrece una amalgama de bares, restaurantes, cines y, lo que más nos interesaba, el segundo estadio más grande del Reino Unido y uno de los más importantes del mundo en cuanto a oferta de ocio deportiva y de conciertos. Algo nunca visto en España.
Full house here tonight for Beyoncé! #beyoncelondon pic.twitter.com/zSpDn3T1kU
— The O2 (@TheO2) febrero 28, 2014
Esta tejana ya pertenece indiscutiblemente a sus 32 años a una liga superior de artistas afroamericanos que pasarán a la historia por haber dejado una huella en la memoria colectiva y en la cultura pop (Prince, Michael Jackson, Tina Turner, James Brown, Aretha Franklin). Beyoncé volvió a Europa en febrero con una renovada extensión de su «Mrs Carter Show World Tour» (llamado así por aquello de que es esposa del ultrapoderoso rapero y empresario Shawn Carter, alias Jay Z) tras el fenómeno de ventas que supuso su quinto álbum visual «Beyoncé» y la «húmeda» actuación en los Grammy junto a su marido, hecho que ha motivado cambios escenográficos, de vestuario y de temas a interpretar en el contexto de una gira que lleva recorriendo el mundo desde abril del 2013.
Declarada luchadora por el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la vida, Beyoncé se presenta ante su público como una líder, clamando a los allí presentes que gritásemos que son las mujeres quienes manejan el mundo con Run The World (Girls).
El show es una superproducción repleta de cientos de focos y pantallas con juegos de luces LED sincronizadas al milímetro, impecables runs vocales, coreografías tan elegantemente eróticas como urbanas y funk, una banda 100% femenina, pirotecnia, múltiples cambios de vestuario y por último, pero no por ello menos importante, ventiladores por doquier que hacen que el largo pelo postizo de la diva cobre vida propia.
En la foto: Beyoncé saluda a Stacey.
Cada movimiento de ella y de sus bailarines, cada chispa de fuego que brota del escenario, cada cañón de luz, cada nota que sale de su garganta o de algún pícaro pregrabado y de los instrumentos de la banda, cada mensaje feminista (entre los que se incluye el de la escritoria nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie y del que incorpora extractos en su tema Flawless) y cada silencio demuestran que en el show no hay lugar para la improvisación. Son profesionales del entretenimiento.
MOMENTOS TOP: sin duda la actuación de Drunk In Love con la aparición de Jay Z (llevaba haciéndolo las cinco noches previas, en Londres, a este concierto) y la espectacular y vibrante introducción con la que empezó a poner toda la carne en el asador desde el minuto uno. Todo el concierto es una demostración continua de que la perfección, si bien no existe, está muy cerca de alcanzarse personificándose en una mujer que ha trabajado desde pequeña para estar en lo más alto. Beyoncé es actualidad y marca tendencia. En mi estancia en Londres capté en diferentes ambientes flashes que reflejan la relevancia de esta mujer, desde todas sus salidas nocturnas post-concierto por la noche londinense en los diarios del metro, el testimonio de un amigo que trabaja en Topshop contándome que le cerraron la tienda durante 3 horas para que se llevara todo lo que quisiera gratis, o la locura desatada en la gente al escuchar los primeros acordes de Drunk In Love en un club de Brick Lane.
VALORACIÓN: ★★★★★
P.D. Enterarme que a pocos metros tenía a mi modelo favorita, Cara Delevingne, es mal.
Wow I am speechless beyonce http://t.co/MCjkbYjYz1
— Cara Delevingne (@Caradelevingne) marzo 6, 2014
Fotos: Poco Profesional
José Miguel Carrasco Jiménez
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